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"«El mundo de ayer» es la conversión del llanto en escritura"

5 Mayo - 2021

Hay dos elementos en «El mundo de ayer» que lo hacen particular y eterno. Por una parte, la desesperación y dolor contenidos por el exilio y la desaparición de un mundo. Por otra, su conversión del llanto en escritura. Así lo ha considerado el traductor literario Adan Kovacsics, ponente del webinar "«El mundo de ayer»: Stefan Zweig y la Europa de principios del siglo XX" y experto en la obra de autores austríacos y húngaros como Stefan Zweig, Karl Kraus o Arthur Schnitzler, entre otros.

«El mundo de ayer: memorias de un europeo» (1941) es la gran obra de Zweig, que la escribió en "tiempos de penuria y persecución". "Este es un libro autobiográfico en el que, sin embargo, apenas aparece la vida privada de Zweig", ha apuntado Kovacsics, que ha descrito el libro como una "galería de personalidades". "No hay página en la que no aparezcan músicos, artistas o intelectuales que Zweig conoció", ha admitido.

Zweig
Adan Kovacsics, traductor literario y experto en Zweig

Pese a que la lectura es una "exaltación permanente del arte", el protagonista real es más bien un período. "Él, tan experto en la escritura de biografías, parece que quiso escribir la biografía de un determinado período de Europa", ha reflexionado el traductor, refiriéndose al periodo de entreguerras.

¿Cuál fue el mundo de ayer?

Cuando Zweig habla del mundo de ayer, lo hace del mundo anterior a la Primera Guerra Mundial. "Lo que caracterizó esa época fue el cosmopolitismo y la defensa de lo supranacional, algo que también caracterizó a su familia", ha explicado Kovacsics, que ha insistido en el "esfuerzo permanente del autor por rememorar y justificar una vida".

Él, tan experto en biografías, parece que quiso escribir la biografía de un determinado período de Europa

Sin embargo, con las gafas de 2021, Kovacsics ha insistido en que la visión de Zweig responde a un "patrón mítico de lo Habsburgo" con una tendencia a "edulcorar e idealizar" el periodo previo a la Gran Guerra. Algo con lo que la politóloga Hannah Arendt no estuvo nada de acuerdo y por lo que describió «El mundo de ayer» como "cualquier cosa excepto el mundo de ayer".

Sea como fuere, y a pesar de las críticas, el experto en Zweig ha argumentado que lo que rescata aquel mundo de ayer es la "efervescencia creativa" del tiempo previo a la guerra y a los personajes como Sigmund Freud o Franz Kafka que "reflejaron el carácter frágil, quebradizo y de bases movedizas de ese mundo de ayer".

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