El Proyecto STOP, una iniciativa creada por Ana Freire, Vicedecana de Impacto Social e Innovación Académica de la UPF Barcelona School of Management (UPF-BSM), ha recibido una financiación de 100.000 dólares de TikTok, que se usarán para escalar el proyecto a nivel internacional (Colombia, Perú, Chile y Panamá), colaborando con fundaciones o gobiernos locales que tengan experiencia en dar apoyo emocional de manera gratuita.
Creado en 2017, el Proyecto STOP, emplea la inteligencia artificial para estudiar patrones asociados a problemas de salud mental en el uso de RRSS, mediante el análisis de publicaciones, imágenes y comportamiento en redes, de forma totalmente anonimizada. “Usamos los avances de la inteligencia artificial para estudiar el patrón demográfico y de comportamiento común a usuarios con ideación suicida, depresión y trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y así enviar teléfonos o chats de ayuda a usuarios que encajen en esos perfiles. Sin la existencia de estas campañas, muchas personas no conocerían los teléfonos o chats de ayuda”, cuenta Freire.
La primera campaña lanzada en diciembre de 2020 generó un incremento de un 60% en el número de llamadas de redes sociales al Teléfono de Prevención de Suicidio de Barcelona. Desde entonces, en España se han llevado a cabo un total de 4 campañas. Además, este teléfono incorporó un chat de ayuda en junio de 2022 (ya que muchos jóvenes lo preferían a una llamada telefónica), y las campañas de STOP incrementaron el número de conversaciones hasta en un 1000%, siendo la mayoría mensajes de mujeres (70%) y casi la mitad de ellas menores de edad (40%) de toda España.
La IA como aliada para combatir problemas de salud mental
La IA está cada vez más presente en la salud y también en la prevención de la salud mental. “Hoy en día la IA ya está siendo utilizada por profesionales de la salud mental, por ejemplo, para monitorizar a ciertos pacientes cuando están en sus casas o hacen vida normal. Es el caso del trastorno bipolar: existen dispositivos como pulseras o relojes inteligentes que permiten monitorizar y predecir cuándo una persona está entrando en una fase de manía o en una fase de depresión”, cuenta Freire.
También los chatbots, como ChatGPT o Gemini, están empezando a tener un papel relevante, ofreciendo apoyo emocional a usuarios que se expresan a través de estos sistemas. “Hemos visto muchos casos en los que personas con problemas de salud mental han buscado alivio en estas plataformas, y es algo comprensible, porque los sistemas de atención a la salud mental que tenemos ahora mismo son muy deficientes”, señala la experta.
En estos casos, el chatbot redirige a recursos de ayuda, como líneas telefónicas de emergencia, y por eso el 024 (teléfono del suicido en España), ha experimentado un cambio importante en el perfil de usuario que llamaba a este número. “Pasó de ser de entre 45 y 49 años a entre 15 y 19 años, porque los jóvenes charlan con estas plataformas de IA, y éstas les recomiendan llamar a números de ayuda de su país”, explica Freire.
Para la investigadora, la inteligencia artificial tiene el potencial de ser un fuerte aliado del sistema de salud público e incluso llegar donde el humano no llega; “¿Y si la IA generativa es un complemento a un sistema de salud pública ineficiente en cuanto a salud mental? Por supuesto siempre desarrollada junto con equipos multidisciplinares de psicólogos y psiquiatras”, apunta la docente.
En España hay solo 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes, cuando la media europea ronda los 18 y las listas de espera son largas, mientas que “los sistemas de inteligencia artificial generativa son gratuitos, están disponibles las 24 horas y simulan de forma bastante convincente la empatía humana”, explica. “Insisto en que tiene que ser una IA bien diseñada, junto con profesionales de la salud mental, para gestionar este tipo de casos”, concluye la Vicedecana de la UPF-BSM.