Información para:

  • Masters
  • Postgrados
  • Cursos
  • Profesorado e investigación
  • Conoce la UPF-BSM

La negociación política en Catalunya

21 Septiembre - 2021
Taula de negociació
Taula de negociació

Maria Munné Tomàs, Directora del Máster en Mediación Profesional

La organización del encuentro conjunto entre contrarios, en negociaciones con un nivel de conflicto elevado, como es la mesa de negociación o diálogo entre el gobierno español y el catalán se tiene que preparar exhaustivamente. Todos los elementos tienen importancia, desde la hora del encuentro, el número de participantes en la negociación, los propios participantes, el rol que jugarán y las estrategias que seguirán, entre otros.

El análisis del conflicto es uno de los elementos primordiales a conocer. ¿En qué nivel de conflictividad estoy con la contraparte? ¿Cómo se ha ido incrementando la tensión entre nosotros? ¿Qué elementos han jugado en esta escalada?

Los mediadores, en las sesiones individuales con cada parte por separado, solemos presentar un modelo para la evaluación de la escala en que se encuentra el conflicto, con el objetivo que las partes identifiquen el nivel donde creen que están y puedan valorar el tiempo y el esfuerzo que se tiene que invertir a desescalar la situación.

La escalada del conflicto presentada por el grupo Danish Center for Conflict Resolution es un ejemplo sencillo de entender y de aplicar en muchas situaciones.

Conflict escalation
Font: TinTank per al Danish Center for Conflict Resolution

Como se puede ver, la base de la escala de la figura representa un momento donde todavía no se puede hablar de conflicto, sino de desavenencia o desacuerdo. En este nivel podemos estar en desacuerdo con una persona con la cual tenemos una muy buena relación.

Si subimos un escalón más, significa que el conflicto ya está personificando a la contraparte. Pasamos de la desavenencia a señalar un culpable. No es que pensemos diferente, es que el otro tiene la culpa. Es la personificación del conflicto.
Un escalón más arriba se empieza a expandir el conflicto. Es pensar que no es la primera vez que nos ha pasado y no somos los únicos que tenemos problemas con estas personas.

En el cuarto escalón se imposibilita el diálogo. Se afirma que hablar no arreglará nada, puesto que con personas así no se puede discutir, no serviría de nada.

El inicio de la mesa de diálogo tiene que ser el reconocimiento del otro, trabajar para ir minorando la despersonalización

Si seguimos subiendo llegamos a la despersonalización, identificando a las personas con los defectos que nosotros hemos constatado que tienen. Ya no vemos a Teresa, sino su racanería, ya no vemos a los chicos del barrio, sino las molestias que provocan, ya no vemos a los gitanos, sino a los rateros, ya no vemos a los catalanes, a los españoles... Tan solo vemos los estereotipos, los prejuicios, las características menospreciantes del otro. Se coge la parte por el todo.

Subir la escala en este punto es ir despersonificandose. Al despersonificar al otro me despersonifico a mí mismo y me permito la destrucción del contrario. Se llega a la idea que el fin justifica los medios. Empezamos a hacer acciones que nunca haríamos si no estuviéramos en este punto de la escalada y que posiblemente encontraríamos injustificables e inmorales fuera del contexto conflictivo. Se justifican actos delictivos y criminales y se revisten de dignidad, utilizando todo el poder y todos los recursos que cada parte tiene. Cuando hemos abandonado la ética, desconectado de la realidad, utilizando la violencia, se sube al último peldaño con la polarización, donde el otro es verdaderamente el enemigo.

Desescalar la polarización

Hablar entre nosotros en la situación que vivimos, aquí y ahora, hace muy difícil la negociación. Aun así existe la posibilidad de plantearla, puesto que no hay una situación uniforme y no todo el mundo, ni individualmente ni grupalmente, está tan polarizado.

Se tiene que ir bajando todo lo que se ha ido subiendo en la escala. Se tiene que permitir la duda y la contradicción sobre la misma mirada de la situación, de las mismas acciones haciendo autocrítica y pensando en las consecuencias destructivas de seguir en la polarización.

Este es el primer trabajo que tienen que hacer las partes conjuntamente, ver cómo se ha llegado a esta situación y empezar a escuchar de otro modo.

La situación del conflicto en nuestra casa, aunque haya quedado alterada por la pandemia global, sigue siendo de mucha tensión, violencia y utilización perversa del poder. Una manifestación ruin del mal uso del poder es negar el conflicto afirmando su inexistencia. Esta manifestación negacionista del conflicto, atribuyendo que es imaginado, que es un falso problema fruto de la manipulación de unos cuantos, es la peor forma de gestionar un conflicto, puesto que con la negación no se puede trabajar una salida en el conflicto.

La manifestación negacionista del conflicto, atribuyendo que es un falso problema fruto de la manipulación de unos cuantos, es la peor forma de gestionar un conflicto, puesto que con la negación no se puede trabajar una salida en el conflicto. 

Hay que ser conscientes, por lo tanto, que estamos ante una negociación distorsionada, donde no podemos aplicar normas de negociación para posicionarse en un espacio privilegiado ante el otro.

Se ha llegado a la confrontación hasta el punto de la despersonificación del otro. Por lo tanto, el inicio de la mesa de diálogo tiene que ser el reconocimiento del otro, trabajar para ir minorando la despersonalización, dando carta de naturaleza a cada parte. Esta distorsión de la realidad acaba generando mucha agresividad y, por lo tanto, la violencia manifiesta.

Entonces, demasiado a menudo hemos visto que el diálogo y el entendimiento, si se puede llegar a dar, suele ser una vez ya ha habido destrozos, tal como pasó en la guerra de Yugoslavia. Donde los vecinos tuvieron que pactar, en espacios de mediación, abandonar la hostilidad y empezar a acordar no matarse, para poder vivir un junto al otro. Lo tuvo que hacer la población civil con la ayuda de las potencias extranjeras. Rechazar la negociación y la mediación significaba el exterminio como única posibilidad.

En nuestro caso, la negociación tiene que reconocer que de forma no manifiesta que el deterioro ya está actuando y no se contabiliza el larguísimo tiempo que hace que dura de formas diferentes. Los negociadores tienen que iniciar oficialmente y públicamente el proceso de negociación que pretende mejorar nuestra situación actual.

Para proteger este trayecto de mejora se tiene que garantizar la confidencialidad y privacidad de las reuniones y transmitir tan solo las informaciones pactadas en la misma negociación. Solo así se consigue despertar el interés genuino de todos los que se pueden sentir implicados y se mitigan las interferencias que tienen como finalidad la destrucción de espacios pacificadores.

También te puede interesar

NEWSLETTER UPF-BSM
Suscríbete para recibir nuestras noticias en tu correo electrónico