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El covid-19 hunde las infraestructuras

25 Enero - 2021


Fàtima Vidal

Andrei Boar
Profesor del Departamento de Finanzas, Contabilidad y Control UPF-BSM


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Las restricciones a la movilidad, que han erradicado el turismo y limitado la circulación diaria, han tenido un impacto directo en las infraestructuras

infraestructures

El covid-19 ha afectado nuestro día a día y también la forma como nos movemos. Las restricciones a la movilidad han erradicado prácticamente el turismo –con una reducción de las visitas a España del 95% en 2020– y han limitado la circulación diaria. Esta situación ha tenido un impacto contundente en las infraestructuras estatales con una caída generalizada del tráfico en todas ellas.

La movilidad se puede dar por dos causas: la laboral o esencial y el turismo o ocio. Mientras que la circulación cotidiana se mantiene como causa principal de la movilidad y sostiene la red viaria y ferroviaria, el hundimiento del turismo ha supuesto la caída del uso de las infraestructuras más afectadas: puertos y aeropuertos.

Puertos y aeropuertos, desplomados

A lo largo de 2020, un total de 76 millones de personas visitaron España vía transporte aéreo, un 72% menos que en 2019. La mayoría de ellas, durante los meses de enero y febrero y, por tanto, antes del estallido de la pandemia. Si contrastamos estos datos con los de los meses con las restricciones más severas, las llegadas caen hasta un 95%.

La caída de pasajeros en el aeropuerto de Barcelona-El Prat ha provocado el cierre de la Terminal 2 hasta nuevo aviso y los vuelos se operan solo desde la T1

En Catalunya, el aeropuerto de Barcelona-El Prat se sitúa en cifras similares al resto de España. En diciembre de 2020 circularon 541.000 pasajeros, un 85% menos que el mismo periodo de año anterior. Esta situación ha provocado el cierre de la Terminal 2 hasta nuevo aviso y todos los vuelos se operan desde la Terminal 1. Además, en el caso catalán destacan negativamente los aeropuertos satélites de Girona y Reus, con reducciones superiores al 91%, debido a su índole turística y, por tanto, más dañada.

tabla infraestructuras

Este desplome de viajeros en el caso de los aeropuertos es fácilmente comparable con el transporte marítimo. En 2019 hubo en España más de 4,2 millones de viajeros que llegaron en cruceros y aunque hoy todavía no hay datos oficiales de 2020, se puede afirmar que la reducción será próxima al 100%. Mientras que el transporte turístico se ha desmoronado, el transporte de mercancías no se ha visto tan afectado. De hecho, el Puerto de Barcelona solo ha reducido un 11% su tráfico anual.

La movilidad por carretera

Un efecto más de las restricciones a la movilidad lo encontramos en la movilidad por carretera, aunque, en este caso, no guarda relación directa con la caída del turismo sino por la limitación de la circulación diaria. Esto se observa a partir de la caída de nuevas matriculaciones –que se ha reducido un 33% en el caso de turismos y un 67% en el caso de autobuses– pero también en la disminución de tráfico por carreteras.

En el caso de las autopistas, la circulación ha bajado un 31% en 2020 y durante las restricciones de la segunda ola de covid-19 llegó a caer un 44%. Esta situación ha llegado incluso a plantear el retraso en el fin de la concesión de Abertis en Catalunya con la AP-2 y AP-7. Finalmente, la propuesta no tirará adelante y estas vías quedarán liberadas de peajes el próximo 1 de septiembre.

Los casos de cercanías y la alta velocidad

El transporte ferroviario tampoco ha sido ajeno a la pandemia. Ahora bien, el impacto ha sido distinto según la tipología del tren. Mientras que los trenes de Alta Velocidad han reducido hasta un 80% el número de pasajeros durante 2020, los Cercanías tan solo han perdido un 18% de usuarios. Esta caída más discreta se explica por el mantenimiento de la movilidad laboral diaria que, prácticamente no se ha restringido en ningún momento.

La rapidez en la vacunación y la consecución de la inmunidad de grupo será clave para volver a la vida sin restricciones y, por tanto, a la movilidad sin restricciones

De cara a 2021 no se esperan cambios sustanciales. La circulación cotidiana seguirá vigente y, por tanto, los trayectos viarios y ferroviarios –aunque inferiores a los tiempos previos del covid-19– no se verán tan afectados como los aéreos o marítimos. Por el contrario, la movilidad de ocio continuará restringida durante la mayor parte del año y, como consecuencia, los sectores turísticos sufrirán de nuevo unos meses complejos.

En este sentido, la rapidez en la vacunación y en la consecución de la inmunidad de grupo será clave para volver a la vida sin restricciones y, por tanto, a la movilidad sin restricciones. Cuando se destape la botella, habrá una demanda de los sectores más afectados –turismo, hostelería y restauración– con un previsible incremento de los viajes a través de todos los medios.

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