Andrei Boar, Profesor del Depto. de Finanzas, Contabilidad y Control
Experto en movilidad e infraestructuras
Entre el 30 de septiembre y el 12 de octubre hay convocadas varias jornadas de huelga que afectan Renfe en todo España. Las causas que indican el Sindicato de Maquinistas Semaf como causa de la huelga afectan sus condiciones laborales, la disponibilidad de trenes y el traspaso de las competencias de Renfe hacia las Comunidades Autónomas que así lo soliciten.
A raíz de la covid-19, con las restricciones de movilidad que se impusieron, parte de los trenes que se suprimieron, no han vuelto a estar en circulación, lo que reduce el número de efectivos disponibles. Del mismo modo ha sucedido con los maquinistas. Por un lado, parte de los que despidieron no han vuelto, y los nueces que han contratado, no pueden operar de momento por las condiciones de formación que aplica Renfe y que de momento, no pueden cumplir.
La causa principal de la huelga es política y nace de la enorme diferencia de opiniones entre los sindicatos y el Ministerio de Transportes que de momento, no parece que se pueda resolver.
A pesar de ser motivos de peso, el principal motivo de la huelga tiene relación con el traspaso de las competencias de Renfe hacia las Comunidades Autónomas. En las semanas próximas se realizará un nuevo traspaso de competencias a Catalunya, que ya dispone de la mayoría de ellas, y en el futuro, se traspasará en todas aquellas comunidades que lo soliciten. Este hecho no gusta a los maquinistas, puesto que puede generar diferencias en sus condiciones laborales y a raíz de un acuerdo del año 2007, las condiciones tienen que ser homogéneas en toda España para todo el personal.
A la práctica, la causa principal de la huelga es política y nace de la enorme diferencia de opiniones entre los sindicatos y el Ministerio de Transportes que de momento, no parece que se pueda resolver.
Los grandes damnificados por la huelga que durará alrededor de dos semanas son los usuarios. A pesar de que se marcaron unos servicios mínimos que llegaban hasta el 85%, no se han cumplido por la incomparecencia de los maquinistas, que o bien no estaban convocados o bien hubo algún error en la notificación. En la práctica, circulan menos de la mitad de los trenes.
A raíz de las afectaciones de los primeros días, muchos usuarios (hasta el 50%) escogieron cambiar el tren por la carretera, ya sea en autobuses (que iban llenos con personas de pie en plena autopista) o bien, en inmensas colas en las entradas de las grandes ciudades por el uso del vehículo privado.
A pesar de que las partes están de momento muy alejadas, la solución del conflicto es plenamente política. Por un lado, desde hace años que se reclama más inversión en Cercanías y en Renfe en general. Sobre todo, hay que elegir bien las inversiones en la red ferroviaria. Mientras que se prometen 73.000 millones de euros de inversión en AVE que van prácticamente vacíos, solo se promete (que no se cumple) una inversión de 6.500 millones de euros en Cercanías en Catalunya para el próximo año.
Más inversión en Cercanías permitiría eliminar parte del vehículo privado asegurando un servicio de calidad para todos los usuarios y participar en la movilidad sostenible del futuro
Dejando de lado quien tenga las competencias de la gestión, el tren está previsto que sea el medio de transporte del futuro por su rapidez y por su bajo impacto medioambiental. Hay que apostar por ello fuertemente: obras como el corredor mediterráneo tendrían que ser claves para una gestión internacional de los pasajeros y las mercancías. Más inversión en Cercanías permitiría eliminar parte del vehículo privado asegurando un servicio de calidad para todos los usuarios y participar en la movilidad sostenible del futuro.
La huelga de los maquinistas no deja de ser una consecuencia más, que no una causa, de tomar decisiones políticas en ámbitos económicos y sociales como es el transporte ferroviario. Las decisiones se tendrían que tomar con criterios de eficacia y eficiencia y no con clave política y electoral.