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La cura de la depresión: de la magia a la inteligencia artificial

5 Octubre - 2021
Depression

Ana Freire, Directora del Área de Tecnología

Melancolía. Así se denominaba la depresión hasta principios del siglo XVIII. Esa melancolía se curaba habitualmente con rituales cercanos a la magia o terapias más efectivas como caminar o escuchar música. Actualmente, la psicoterapia o los tratamientos farmacológicos son las vías habituales para amortiguar la “enfermedad del siglo XXI”.

Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es ya la principal causa mundial de discapacidad. Aunque afecta a cerca de 300 millones de personas, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en algunos países) no reciben tratamiento.

La depresión afecta a cerca de 300 millones de personas y la mitad de estos, más del 90% en algunos países, no reciben tratamiento

Un reciente estudio realizado en más de 1.000 empleados australianos concluyó que las empresas que no fomentan el cuidado de la salud mental entre sus trabajadores, los exponen a un riesgo de depresión tres veces mayor, lo que puede desencadenar un incremento en el número de bajas laborales, afectando negativamente al éxito de la empresa. En esta línea, la Inspección de Trabajo anunció en la pasada primavera que sancionará a aquellas empresas que no evalúen los factores de riesgo psicosociales de sus trabajadores, entendiendo estos factores como “condiciones de trabajo que, por una configuración deficiente o un diseño inadecuado, presentan la probabilidad de afectar negativamente a la salud y el bienestar del trabajador”. Medidas como esta pueden contribuir sin duda a mejorar la salud mental de los ciudadanos, pero quizá deberíamos también dirigir esfuerzos a otro colectivo no asociado habitualmente a la depresión: los adolescentes.

La generación Z, sucesora de los millennials, comprende a los individuos nacidos a finales de los 90 e inicios de los 2000. Se caracteriza por un dominio excelente de la tecnología y los dispositivos digitales, un mayor activismo social y una peor salud mental. Una gran contradicción afecta a esta cohorte, pues a pesar de ser la generación más conectada de la historia, es comúnmente llamada “la generación más triste de la historia”. Quizá lo que parece la causa del problema, pueda ser también la solución.

¿Y si la tecnología, y en particular la Inteligencia Artificial, ayudase a tratar la depresión?

La Inteligencia Artificial se caracteriza por implementar en una máquina comportamiento inteligente propio de un humano. Algunos estudios recientes apuntan a que esta tecnología ayudará a reducir los costes de los sistemas de atención de salud mental al mismo tiempo que permitirá un mayor acceso a sus servicios, satisfaciendo la alta demanda de atención psicológica de la población. ¿Cómo? Por medio de chatbots. Un chatbot o agente conversacional es un programa informático con el que un humano puede mantener una conversación escrita, más o menos compleja. Vemos sencillos chatbots que ofrecen asistencia virtual en tiendas online o incluso en portales web de administraciones públicas, que dan soporte automático a los usuarios y así liberan recursos humanos. Sin embargo, ya se trabaja en chatbots terapéuticos, más complejos, que integran inteligencia artificial para realizar tareas más ambiciosas como diagnosticar o tratar una enfermedad mental. Woebot es un ejemplo de ello. Es una aplicación diseñada para, a través de un teléfono inteligente (el que todos tenemos hoy en día), realizar un seguimiento del estado de ánimo y ofrecer educación y apoyo psicológicos. En un experimento con una muestra de 70 jóvenes de entre 18 y 28 años, se consiguieron reducciones estadísticamente significativas en los síntomas depresivos después de dos semanas de uso.

La tecnología puede ser el gran impulsor de la democratización de la atención psicológica entre las generaciones más jóvenes, que anteponen la comunicación virtual a la personal.

 

Será necesario perfeccionar estos sistemas inteligentes para que puedan ser 100% confiables, y para que la Inteligencia Artificial sea el agente de cambio que permita evitar una pandemia de salud mental. Sin embargo, teniendo en cuenta el gran avance que la tecnología ha experimentado durante los últimos años, no sería extraño que nos adelantase por la derecha para ofrecer solución a un grave problema que, a pesar de su cambio de nombre y de que han pasado tres siglos, sigue considerándose melancolía.

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