Se necesitan más colores para elaborar políticas ambientales y de salud

Andrea Saltelli
Academic Counsellor UPF-BSM

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Los planteamientos actuales para pintar las políticas ambientales y de salud son monocromáticos, basados en un repertorio limitado de análisis de costes y beneficios que pasan por alto la naturaleza policromática de los problemas. 

Un equipo de ocho institutos, liderado por la UPF Barcelona School of Management e integrado por universidades de Noruega, Polonia, Estonia y el Reino Unido, muestra cómo la inclusión de corrientes de pensamiento desatendidas como la economía no ricardiana, la bioeconomía y un conjunto de métodos cualitativos y cuantitativos de la ciencia postnormal conduce a perspectivas más ricas. El uso de esta paleta nos permite mirar hacia futuros posibles. 

La prueba de este planteamiento se demuestra con estudios de casos en los ámbitos de la energía, el agua, la salud y el clima. 

Al observar cómo las políticas energéticas afectan, por ejemplo, a las poblaciones sami, se descubre cómo los problemas energéticos nunca son puramente tecnoeconómicos, sino que abarcan redes de relaciones entre diferentes comunidades y culturas, cuyos intereses corren el riesgo de ser invisibles si el problema se enmarca de manera reductiva. 

Cuando las incertidumbres existentes se mapean adecuadamente, el mismo planteamiento basado en datos y modelos aplicado a los problemas de seguridad hídrica revela que el impacto potencial del riego en el ciclo del agua puede ser mucho más grave de lo que se pensaba. 

Los mismos patrones surgen al examinar la conflictiva cuestión de los pesticidas y la disminución de los polinizadores. Si bien las ciencias naturales (química, biología y entomología) son sin duda necesarias para comprenderla, el problema presenta conflictos de interés, captura regulatoria y diferenciales de poder, no muy diferente a la imagen pintada por Rachel Carson en el ya viejo libro Silent Spring.

Con el uso de los métodos desarrollados por la ciencia postnormal se descubre cómo los números nunca han sido tan centrales como con las pandemias actuales y las actividades concomitantes de medición y modelado. Sin embargo, estos números, a menudo suministrados por académicos y medios de comunicación con extraordinaria precisión, se basan en un rico repertorio de suposiciones, incluidas las formas de sesgo, que pueden distorsionar significativamente tanto los números en sí como la confianza que depositamos en ellos. 

Andrea Saltelli, de la UPF-BSM, señala que «el modelaje ha llegado a los titulares y se ha enredado en conflictos sociopolíticos. Por lo tanto, la prescripción de políticas basadas en el análisis de coste-beneficio y conceptos relacionados, como el valor de la vida estadística (VSL), conduce a diagnósticos precisos basados en números hiperprecisos. Pero, ¿estamos viendo todos los números? ¿Estamos viendo los números correctos? ».